Una de las funciones principales de los embriólogos es la valoración del desarrollo embrionario. Es un proceso riguroso de selección dónde muchos embriones se quedan por el camino al no cumplir con los criterios para ser transferidos y/o criopreservados. ¡Descubre cuáles son estos criterios!
La valoración del desarrollo embrionario consiste en la observación dinámica del embrión en cultivo desde el dÃa de su fecundación hasta el dÃa de su transferencia y/o criopreservación. La valoración embrionaria, tal y como ocurre con la valoración de la fecundación, ha ido variando en el tiempo debido a la aparición de los incubadores con tecnologÃa Time-Lapse que, como ya se ha explicado anteriormente, han permitido llevar a cabo un seguimiento más continuo y flexible de los embriones en cultivo. Es decir, ha permitido acumular más información que podrÃa resultar útil para la clasificación embrionaria en un futuro próximo.
En Conceptum Fertilidad disponemos de incubadores con tecnologÃa Time-Lapse y seguimos los criterios de valoración embrionaria de la Asociación para el Estudio de la BiologÃa Reproductiva (ASEBIR), actualizados en 2015.
Clasificación de los embriones
Los embriones se clasifican en A, B, C o D en base a su valoración morfo-cinética en cultivo:
- CategorÃa A: Embrión de óptima calidad. Con máxima capacidad de implantación.
- CategorÃa B: Embrión de buena calidad. Con elevada capacidad de implantación.
- CategorÃa C: Embrión regular. Con bajas posibilidades de implantación.
- CategorÃa D: Embrión de mala calidad. Con muy pocas posibilidades de implantación.
La valoración del embrión en cada una de estas 4 categorÃas se realiza el dÃa de la transferencia, en base a todos los datos diarios acumulados de la valoración en cultivo, tanto de la morfologÃa como de la cinética del embrión.
Clasificación según dÃa de desarrollo
Los embriones se mantienen en cultivo hasta el dÃa 5 o dÃa 6 de desarrollo. Por otra parte, se considera dÃa 0 (D0) el momento en que se extraen los ovocitos y son inseminados.
Según el dÃa de desarrollo, el tiempo de valoración y los criterios de clasificación varÃan, tal y como se puede ver a continuación:
- DÃa 1 (D+1) de desarrollo: se valora la fecundación a las 17-22 horas post inseminación. Se considerarán embriones correctamente fecundados aquellos que tengan 2 pronúcleos y 2 corpúsculos polares. Además, se valora la primera división embrionaria a las 25-27 horas post-ICSI y 27-29 horas post-inseminación convencional.
- DÃa 2 (D+2) y dÃa 3 (D+3) de desarrollo: se valoran aspectos como el número de células, número de núcleos por célula, simetrÃa, grado de fragmentación, presencia de vacuolas y aspecto de la zona pelúcida. La valoración se hace a las 43-45 horas post inseminación en D+2 y a las 67-69 horas post inseminación en D+3. Se considera un embrión ideal el que tenga 4 células en D+2 y 8 células en D+3.
- DÃa 4 (D+4) de desarrollo: se valora a las 90-94 horas post inseminación. En D+4 el embrión comienza su transformación hacia blastocisto. Las células pasan de verse de forma individualizada a ser una masa cohesionada y compacta, la mórula. Se valora que el embrión haya aumentado en el número de células, asà como el grado de compactación, y si incluye a todas las células o se ha dejado alguna sin compactar.
- DÃa 5 (D+5) y dÃa 6 (D+6) de desarrollo: se valora a las 114-118 y a las 136-140 horas post inseminación respectivamente. A D+5/D+6 los embriones completan su transformación en blastocistos. En esta fase de desarrollo se pueden diferenciar varias partes: el blastocele (la cavidad interna), la zona pelúcida (capa externa que rodea al embrión), el trofoectodermo (capa de células externa que rodean al blastocito y dará lugar a la placenta) y la masa celular interna (pequeño grupo de células a partir de las cuales se originará el feto). Los blastocistos se clasificarán en base a la valoración de tres aspectos: el grado de expansión, el estado de la masa celular interna y el estado del trofoectodermo.
Cabe remarcar que la valoración embrionaria y la clasificación final del embrión suponen una herramienta para valorar la calidad de desarrollo y sus posibilidades de gestación. No obstante, ni un embrión tipo A asegura el éxito, ni un embrión tipo D garantiza el fracaso. La implantación del embrión es un proceso muy complejo y no solo depende de la calidad del embrión.
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