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El peligro del doctor Google: consecuencias de confiar más en Internet que en el médico

Seguro que alguna vez has tenido algún dolor o sensación extraña durante unos días y has buscado automáticamente qué podría ser en Google antes de ir al médico. Pues bien, en este artículo te explicamos todo lo que tienes que tener en cuenta al respecto.

 

A menudo delante de un simple dolor de cabeza, mareos o sensación de debilidad durante unos días, hace que nos sentemos directamente en frente del ordenador y que busquemos los síntomas en Google. ¿Y el diagnóstico? Puede ir desde migrañas simples hasta insolación, anemia, meningitis o cáncer de pulmón microcítico mortal.

 

Hay demasiadas posibilidades para intentar hacer del motor de búsqueda una herramienta médica pública. Sin embargo, las consultas con Doctor Google son nuestro pan de cada día. Actualmente, 6 de cada 10 españoles utilizan Internet para buscar información sanitaria. La mitad de ellos, para buscar sus propios síntomas o los síntomas de un familiar para encontrar el problema en ellos. Y no solo eso, sino que el 47% busca una solución para ellos mismos o para otros miembros de su familia. Y un alto porcentaje acaba erróneamente convencido de que padece una enfermedad muy grave. Este fenómeno se conoce como cibercondría o hipocondría digital.

 

Cómo afecta a nuestra salud

Cuando una persona padece cibercondría o hipocondría digital, su actividad no se limita a una simple consulta en Internet, sino que su percepción errónea acerca de su salud le lleva a tener necesidad de buscar información que pese a ser veraz y contrastada, no suele interpretarse correctamente.

Debido a esta continua preocupación, la hipocondría, y también su variante cibernética, genera grandes niveles de ansiedad y estrés, así como bajo ánimo y miedo. Y eso, trasladado al ámbito de la fertilidad y la reproducción asistida, no conlleva nada positivo.

Las personas hipocondriacas invierten mucho tiempo y esfuerzo en buscar información que confirme sus sospechas, realizan continuas visitas a médicos y si se sienten contradichos buscan otros profesionales.

Cuando el trastorno es más severo, la persona afectada puede sufrir un deterioro de las relaciones personales y laborales y dejar de realizar actividades por miedo a que su salud empeore.

 

Cómo afrontar este problema

Es importante preocuparse por nuestra salud y la de las personas que nos importan y conocer algunos síntomas para identificar posibles problemas y actuar con tiempo. Sin embargo, cuando esta actitud es patológica se debe actuar para controlarla.

Para ello, se deberán seguir técnicas de relajación y cognitivas, para aprender a controlar e interpretar los síntomas, técnicas de distracción y técnicas de control emocional.

 

Acudir a un médico profesional

El acceso a la información por parte de la población para que aprenda a prevenir ciertas dolencias e identificarlas es útil y beneficioso, siendo Internet un portal muy accesible y fácil para conseguir esta divulgación.

Aunque la información sea veraz y contrastada por médicos, en los casos de las personas con cibercondría este acceso a la información es contraproducente, porque creen que han descubierto lo que les afecta sin necesidad de atención médica e incluso pueden automedicarse.

La relación médico-paciente no va a terminar, es solo un cambio de forma. Pero para este médico tiene que haber ojos, manos y cerebro, no solo algoritmos y bases de datos. El Dr. Google todavía está en prácticas.

 

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