El dolor al tener relaciones sexuales puede producirse por razones que abarcan desde problemas estructurales hasta preocupaciones psicológicas. En este post explicamos cómo tratar este problema y qué otras causas pueden provocar dolor en el momento de la penetración.
¿Has oído hablar de la “dispareunia”? Se define como el dolor genital persistente o recurrente que ocurre justo antes, durante o después de tener relaciones sexuales. Los tratamientos actuales se centran en la causa, y pueden ayudar a eliminar o disminuir este problema frecuente.
Aunque no siempre se consulta, muchas mujeres sienten dolor durante el coito en algún momento de sus vidas y no debe ser considerado nunca como normal. Puede afectar a mujeres de todas las edades y aunque puede ser provocado por diversas razones, una de las más habituales es la contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico, aunque las causas pueden ser diversas. A continuación, te contamos cuáles son las principales causas por la que se puede sentir dolor cuando se mantienen relaciones sexuales:
- Vaginismo
El vaginismo puede hacer que sea doloroso, difícil o imposible tener relaciones sexuales, realizar un examen ginecológico o colocar un tampón. Se trata de una disfunción sexual y por ello, se debe consultar y tratar, ya que puede ser un síntoma indicativo de otros problemas de salud ginecológica (endometriosis, inflamación pélvica, miomas, infecciones de transmisión sexual, estenosis vaginal…). Aunque también puede ser consecuencia de experiencias sexuales previas negativas, falta de deseo, una educación represiva en la infancia o la adolescencia, problemas de sequedad vaginal – muy frecuentes a medida que se aproxima la edad de la menopausia – o, simplemente, el miedo a un embarazo. Si no se trata, puede acabar provocando ansiedad, inseguridad, frustración y problemas personales y de pareja, porque afecta tanto a la satisfacción sexual como al bienestar psicológico.
- Problemas anatómicos
El dolor durante el coito también puede ser provocado por malformaciones vaginales, enfermedades pélvicas, cicatrices por intervenciones quirúrgicas como la episiotomía, o vestibulitis vulvar, una disfunción de origen nervioso que se caracteriza por dolor crónico en la zona de la vulva, hipersensibilidad y escozor al contacto. Asimismo, una inflamación del intestino (por colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn), un estreñimiento muy intenso u otras enfermedades intestinales (infecciones, gases, etc.) también pueden hacer que la penetración resulte dolorosa. Tu ginecólogo/a debe estar informado y derivarte al especialista que considere más adecuado.
- Endometriosis
Si el dolor se nota en una zona más profunda, puede ser un síntoma de endometriosis, quistes o problemas en el útero. La endometriosis se produce cuando el tejido endometrial fuera del útero y se extiende a otras áreas ginecológicas u orgánicas. A menudo provoca dolor en la zona de la pelvis, el fondo de la vagina y el recto. El tratamiento puede ser farmacológico o quirúrgico, hay que valorar cada caso y su evolución, ya que esta enfermedad requiere seguimiento.
- Sequedad vaginal
Es frecuente en la menopausia y el posparto, y también puede provocarla, en algunos casos, la toma de anticonceptivos hormonales. En general, en el caso del posparto es fundamental respetar el tiempo indicado para reanudar las relaciones sexuales y evitar la penetración al principio, especialmente si se ha producido alguna herida – episiotomía – o desgarro. Con el tiempo, las cicatrices se cierran y la zona del periné recupera la elasticidad. Date un tiempo y ayúdate con un buen lubricante.
- Infecciones
Pueden ser de origen bacteriano o vírico: vaginitis, cistitis… Algunas, como el herpes, afectan a la vulva y provocan dolor. También pueden ir acompañadas de un flujo de color u olor diferente a lo normal. El tratamiento debe indicarlo tu ginecólogo/a, tras realizar una exploración y las pruebas que considere necesarias para determinar la causa.
- Origen psicológico
Si el problema no tiene una causa física, entonces habrá que realizar una terapia con un especialista en sexualidad. Las emociones están íntimamente conectadas con la actividad sexual, por lo que pueden ser un factor en cualquier tipo de dolor sexual. Problemas psicológicos como la ansiedad o la depresión, el estrés y/o antecedentes de abuso sexual, pueden desembocar en una dispareunia.
Así pues, resumiendo es importante recalcar que sentir dolor durante el coito no es normal. Debes informar siempre a tu ginecóloga/o para que haga un diagnóstico y te indique qué pasos hay que seguir para tratar este problema y solucionarlo lo antes posible, ya que además de afectar a tus relaciones sexuales y de pareja, puede ser un síntoma de otros problemas de salud. Recuerda que puedes consultar con nuestros especialistas, ¡estarán encantados de ayudarte!